Uno de los pilares del sistema financiero global se vio sacudido el viernes cuando la agencia calificadora de riesgo Standard & Poor's dijo que los bonos del Tesoro de Estados Unidos ya no merecen ser considerados la inversión más segura del mundo.
S&P le retiró por primera vez la calificación crediticia AAA, que ha mantenido durante 70 años, bajo el argumento de que el acuerdo sobre el límite a la deuda fiscal del país que se orquestó en Washington no fue suficiente para despejar el sombrío panorama a largo plazo de las finanzas estadounidenses. La agencia rebajó la deuda a AA+, una calificación por debajo de Liechtenstein y una decena de otros países, a la par de Bélgica y Nueva Zelanda.
Esta decisión sin precedentes concluyó un día dramático. Todo empezó por la mañana, cuando se filtró la noticia de que era inminente una rebaja y las bolsas se tambalearon. En torno a las 1:30 de la tarde, hora de Nueva York, representantes de S&P notificaron al Departamento del Tesoro que planeaban rebajar la deuda de EE.UU. y le presentaron sus conclusiones. Funcionarios del Tesoro observaron un error de US$2 billones (millones de millones) en el cálculo de S&P, lo cual retrasó el anuncio durante varias horas. La agencia calificadora decidió seguir delante de todas maneras y después de las 8 de la tarde lo hizo oficial.
S&P dijo: "La rebaja refleja nuestra opinión de que el plan de consolidación fiscal que el Congreso y el gobierno recientemente acordaron es insuficiente para lo que, desde nuestra perspectiva, sería necesario para estabilizar la dinámica del déficit fiscal a medio plazo". También hizo referencia a la débil "efectividad, estabilidad y previsibilidad" de la política y las instituciones en un momento en que se amontonan los desafíos.
S&P le retiró por primera vez la calificación crediticia AAA, que ha mantenido durante 70 años, bajo el argumento de que el acuerdo sobre el límite a la deuda fiscal del país que se orquestó en Washington no fue suficiente para despejar el sombrío panorama a largo plazo de las finanzas estadounidenses. La agencia rebajó la deuda a AA+, una calificación por debajo de Liechtenstein y una decena de otros países, a la par de Bélgica y Nueva Zelanda.
Esta decisión sin precedentes concluyó un día dramático. Todo empezó por la mañana, cuando se filtró la noticia de que era inminente una rebaja y las bolsas se tambalearon. En torno a las 1:30 de la tarde, hora de Nueva York, representantes de S&P notificaron al Departamento del Tesoro que planeaban rebajar la deuda de EE.UU. y le presentaron sus conclusiones. Funcionarios del Tesoro observaron un error de US$2 billones (millones de millones) en el cálculo de S&P, lo cual retrasó el anuncio durante varias horas. La agencia calificadora decidió seguir delante de todas maneras y después de las 8 de la tarde lo hizo oficial.
S&P dijo: "La rebaja refleja nuestra opinión de que el plan de consolidación fiscal que el Congreso y el gobierno recientemente acordaron es insuficiente para lo que, desde nuestra perspectiva, sería necesario para estabilizar la dinámica del déficit fiscal a medio plazo". También hizo referencia a la débil "efectividad, estabilidad y previsibilidad" de la política y las instituciones en un momento en que se amontonan los desafíos.
La rebaja obligará a corredores e inversionistas a replantearse lo que hasta ahora era una premisa de las finanzas modernas. Desde el 14 de julio, cuando Standard & Poor's advirtió que podría rebajar la calificación de deuda de EE.UU., los analistas han tenido dificultades para determinar el efecto que tendría semejante medida en el panorama financiero, debido a cómo los bonos del Tesoro influyen sobre Wall Street y la economía.
Es posible que en un principio el golpe sea más psicológico que práctico. Las calificadoras de riesgo rivales Moody's Investors Service y Fitch Ratings mantuvieron la máxima nota para la deuda de EE.UU. recientemente. Y por ahora, los papeles del Tesoro han seguido siendo un refugio para los inversionistas preocupados por la salud de la economía de EE.UU. y de la zona euro.
Con todo, la decisión de S&P podría desbaratar la recuperación de la economía de EE.UU., que parece tener problemas en mantener el ritmo, y podría agravar la falta de confianza de los inversionistas en un sistema político que pasa apuros para llegar a un consenso incluso en cuestiones rutinarias. Como consecuencia, podría implicar la rebaja de la deuda de numerosas compañías y estados, lo que encarecería el costo para conseguir préstamos.
Una preocupación clave será ver si el apetito por la deuda de EE.UU. cambiará entre los inversionistas extranjeros, especialmente China, el mayor tenedor de bonos del Tesoro de EE.UU. extranjero del mundo. En 1945, sólo 1% de los papeles del Tesoro estaba en manos extranjeras; ahora es un máximo histórico de 46%, según un informe de Bank of America Merrill Lynch.
Algunos inversionistas están convencidos de que los papeles de EE.UU. seguirán siendo un refugio seguro en un mundo volátil, incluso sin su sólida calificación de AAA. Sin embargo, otros creen que el país se verá obligado a pagar tasas de interés más altas simplemente porque serán vistos como ligeramente más riesgosos que antes. Y aunque parezca una diferencia pequeña, semejante salto podría incrementar el costo de una amplia gama de deuda, desde una hipoteca a los billones que debe que el propio gobierno.
Las lecciones de otros países, como Canadá y Australia, sugieren que un país puede demorarse años en recuperar su estatus de AAA. Al mismo tiempo, el impacto económico de rebajas anteriores tiende a ser mayor cuando son más de una las firmas que califican la deuda como más riesgosa que cuando es sólo una la que actúa unilateralmente.
Fuente: Wall Street Journal
www.tutores-fx.com
Es posible que en un principio el golpe sea más psicológico que práctico. Las calificadoras de riesgo rivales Moody's Investors Service y Fitch Ratings mantuvieron la máxima nota para la deuda de EE.UU. recientemente. Y por ahora, los papeles del Tesoro han seguido siendo un refugio para los inversionistas preocupados por la salud de la economía de EE.UU. y de la zona euro.
Con todo, la decisión de S&P podría desbaratar la recuperación de la economía de EE.UU., que parece tener problemas en mantener el ritmo, y podría agravar la falta de confianza de los inversionistas en un sistema político que pasa apuros para llegar a un consenso incluso en cuestiones rutinarias. Como consecuencia, podría implicar la rebaja de la deuda de numerosas compañías y estados, lo que encarecería el costo para conseguir préstamos.
Una preocupación clave será ver si el apetito por la deuda de EE.UU. cambiará entre los inversionistas extranjeros, especialmente China, el mayor tenedor de bonos del Tesoro de EE.UU. extranjero del mundo. En 1945, sólo 1% de los papeles del Tesoro estaba en manos extranjeras; ahora es un máximo histórico de 46%, según un informe de Bank of America Merrill Lynch.
Algunos inversionistas están convencidos de que los papeles de EE.UU. seguirán siendo un refugio seguro en un mundo volátil, incluso sin su sólida calificación de AAA. Sin embargo, otros creen que el país se verá obligado a pagar tasas de interés más altas simplemente porque serán vistos como ligeramente más riesgosos que antes. Y aunque parezca una diferencia pequeña, semejante salto podría incrementar el costo de una amplia gama de deuda, desde una hipoteca a los billones que debe que el propio gobierno.
Las lecciones de otros países, como Canadá y Australia, sugieren que un país puede demorarse años en recuperar su estatus de AAA. Al mismo tiempo, el impacto económico de rebajas anteriores tiende a ser mayor cuando son más de una las firmas que califican la deuda como más riesgosa que cuando es sólo una la que actúa unilateralmente.
Fuente: Wall Street Journal
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